
Según el diccionario, un repartidor es quien se encarga de entregar encargos o distribuir publicidad de personas o compañías en general. Sea a pie, en bicicleta, vehículo o moto cumple su jornada efectuando un servicio exclusivo, aunque es aconsejable escoger el más idóneo en base al volumen y cantidad del material.
El repartidor conoce cuál es su trabajo en todo momento
El reparto abarca desde llevar dinero, comida, publicidad o servicios como (bombonas y medicamentos), hasta las casas y portales y tal y como puedes observar, es una actividad que está cargada de responsabilidad y compromiso.
Actualmente la mayoría de empresas de reparto publicitario contratan a personal calificado y dedicado para repartir publicidad, ya que esta es una forma cómoda de dar a conocer su negocio además de reportarle ganancias y clientes.
Hay diversas maneras de hacer llegar la publicidad, bien sea por buzoneo, mano a mano, puerta a puerta y a través de carteleras que son habilitados para dicho fin.
Organizar un plan de acción es imprescindible, sobre todo para cumplir con una meta diaria que garantice un óptimo trabajo de marketing. El anunciante previamente tiene que organizar la distribución, concebir una estrategia para llegar a su público y controlar el proceso.
Para eso deberá contratar a mensajeros de publicidad que conozcan la zona de trabajo encomendada, en caso de no dominar las direcciones en su totalidad tendrá que proveerles de un GPS que le permita orientarse, para que estos puedan realizar sus propias rutas de acceso, ahorrando tiempo y dinero.
También hay que asegurarse de que este cuenta con el medio más adecuado para movilizarse y ofrecerle seguridad ante cualquier daño o accidente.
Finalmente habrá que contar con un informe del repartidor sobre el desarrollo e inconvenientes durante la entrega de la campaña; se conocerá de primera mano la respuesta de los consumidores y de esta forma se evitará pérdidas.
Se recomienda que conciba sus ofertas o promociones de manera llamativa que cautive al público; seleccionando un buen material, diseño y acabado de imprenta, usar mensajes, eslogan e imágenes que lleguen rápidamente al usuario.
Difundir la información constantemente y puntualizar el tiempo de entrega para que el consumo de un producto se multiplique y el servicio sea recomendado.
Cabe destacar que el reparto de publicidad es una práctica que se lleva realizando desde hace muchos años, pero aún se mantiene vigente, es más positivo y es una de las mejores opciones para pequeños negocios cuyas zonas y población están definidas. Las grandes compañías casi siempre combinan el reparto de publicidad con la publicidad online.
Ventajas de un buen repartidor de publicidad
Anteriormente locales comerciales y grandes compañías contrataban a expertos en publicidad para vender sus productos y servicios. Hoy día no es tan frecuente trabajar con empresas especializadas en el sector.
Con una buena organización, usando recursos atractivos e imprimiendo el material, el buzoneo se puede realizar con el uso de los repartidores, en su mayoría jóvenes, cuya función no solamente es fomentar la compra/venta y servicios de las personas que le han contratado, también obtener credibilidad, acercando las franquicias en los hogares u oficinas de los potenciales compradores.
Por tal motivo, una de sus metas es que el reparto de la publicidad sea beneficioso y práctico, que la marca se posicione y que sea competitiva.
Este por su experiencia en la calle aporta datos que son interesantes al momento de planificar nuevas tareas. Tales como el perfil y cantidad de consumidores, su target, lugares precisos (centros comerciales, eventos, ferias, residencias e inmuebles) y rutas dispuestas para entregar publicidad o colocar carteles, hasta ayudar en el diseño del material.
Su único objetivo es lograr el impacto deseado con las futuras ofertas que aparecen en la publicidad. Para que todo esto funcione hay que controlar el reparto, confirmar que la publicidad prevista ha llegado a todos los lugares y que el repartidor ha cumplido con su meta.
La eficiencia del trabajador y éxito de la persona que lo contrata, consiste en que este último debe exigirle ser social y comunicativo, que controle el estrés, involucrarlo a la hora de ordenar la mercancía y comprobar los pedidos, establecer por anticipado las rutas de movilidad, cantidad a repartir y tiempo de entrega, conocer el estado del vehículo o medio de transporte para solucionar algún detalle que pueda retrasar el servicio, supervisar su localización en caso de requerirlo urgentemente, comprobar la entrega real del material diario, evitar buzoneo doble y escuchar alguna queja o sugerencia para proceder de inmediato.
Hacerlo sentir parte de la compañía, que se identifique con la visión y misión de la misma, lo hará actuar de forma espontánea y libremente para lograr los objetivos.
Actualmente el repartidor de publicidad actúa como un intermediario de comunicación ambulante directo, su actividad es reconocida por el público consumidor que prefiere oportunamente por medio de un folleto o tríptico que llega a sus manos, conocer los beneficios del mercado y disfrutarlo de acuerdo a sus posibilidades.
Cantidad de comercios como restaurantes, comida rápida, supermercados, farmacias, agencias de viaje, entre otros contratan a un personal que se encargue de mostrar al público la información sobre sus servicios; multiplicando a los usuarios y sumándole beneficios a las marcas.
Cada vez más en periódicos y web se observan avisos clasificados con ofertas de empleo para repartidores de publicidad que cumplan perfiles como buena presencia, puntualidad, responsabilidad, ser proactivo, comunicativo, educado, honesto, con iniciativa, transporte y experiencia (no limitante) y de ambos sexos, dependiendo de la exigencia del propietario quien ha de ser claro sobre las condiciones del trabajo para evitar alguna dificultad en la relación jefe/ empleado.